¡Calma! dirían los abuelos o padres muy sabiamente. Sin embargo, por experiencia propia, sé que entre la teoría y la práctica hay una brecha muy grande. Lastimosamente, que nos digan o recomienden que seamos mas pacientes no hace mucha mella en la intensidad con la que nuestro corazón palpita y nuestro cerebro exige resultados.
¡Todo lo queremos para ya!
Suena muy de la etapa infantil y hasta adolescente, pero la realidad es que ese deseo permanece en nosotros en lo más profundo de nuestro ser. En la adultez aprendemos a regularnos, pero ese afán sigue presente generándonos en repetidas ocasiones desasosiego, impotencia, frustración e incluso desespero ante el tiempo que se demoran las cosas en mostrar frutos.
Otro post para decir “espera» o “ten calma” no tendría mucho sentido, pues se con certeza que hay cosas que toman mas que tiempo, he aprendido sobre el tiempo del universo y que el tiempo, en si, es una ilusión. Sin embargo, hago parte de una generación acelerada y los cambios que hemos experimentado en los años que estado en esta vida me han mostrado avances a pasos agigantados. Así que pensado en personas como yo, que viven con frecuencia esta sensación de «afán desenfrenado», decidí escribir como, desde una perspectiva muy humana y bajada a nuestras experiencias cotidianas, he logrado cultivar la paciencia y dejar el camino y el proceso fluir.
Te voy a invitar a desacelerar tan sólo un instante. Observa a tu alrededor. Busco que como yo, te des cuenta que siempre algo está pasando.
Nuestra acelerada manera de esperar nos ha llevado a que no veamos los pasos que hay entre sembrar una semilla y que esta realmente brote, o entre tomar la decisión de hacer ejercicio y el día que salimos a practicarlo, entre hacer una conexión estratégica y que un negocio se concrete, o incluso, entre dejar de comer azúcar refinada y el momento que ya no pensamos en un postre 24 horas al día.
Cada día algo se suma al proceso, ¡algo pasa! Siempre está sucediendo algo que por minúsculo que sea, está aportando a que los resultados finalmente sean visibles.
Antes de dejarnos llevar por la impaciencia y en ocasiones desesperanza de que X o Y suceda, dediquemos unos minutos al día a descubrir que está pasando hoy respecto a lo que con tanto anhelo deseamos que ocurra. Esto, además de darle contentillo a nuestra mente impaciente y acelerada por desenlaces, nos hace más atentos y aliviana la expectativa. Busco que te conectes con ese lado curioso y creativo que probablemente sembró la semilla, pero como está desesperado por resultados, olvida lo fantástico que es el descubrimiento del proceso de creación. Como te comente, siempre algo está pasando y vamos a practicar el descubrir que está sucediendo en este momento en el proceso creador y manifestador de los que deseas.
El objetivo es que sin perder emoción por el resultado final, empezaras a disfrutar el proceso.
Es un proceso de dos simples pasos:
- La primera invitación es a crear lapsos de revisión a lo que se aguarda un poco más moderados, ya que si son medianamente parecidos a mi, fácilmente estarán mirando la semilla cada media hora ??♀️.
Cada proyecto tiene ritmos diferentes y debes traer eso a la consciencia. El primer acto de curiosidad te debe llevar a investigar y tratar de identificar el promedio que iniciativas como la que tienes suelen demorar. Vas a descubrir que muchas veces es mas de lo que creías.
- Lo segundo, es cambiar el objetivo en la revisión. Se trata de que cada que nos dedicamos a evaluar si X o Y cosa finalmente ya sucedió de alguna manera, nos enfoquemos es en descubrir que está pasando en ese momento, lograr ver como esta avanzando.
Pregúntate por ejemplo:
-¿En que etapa está el proceso?
-¿Quienes son los protagonistas en este momento?
-¿Que esta influyendo este proyecto, iniciativa o deseo?
-¿Hacia adonde se dirige?
¿Qué falta por hacer para completar la etapa actual?
-¿Cómo está fluyendo la comunicación entre los involucrados?
-¿Hay alguna señal o indicador que me muestre que el proyecto está avanzando, incluso si no lo veo de inmediato? (Busca pequeñas victorias o cambios sutiles,)
-¿Qué preguntas nuevas me estoy haciendo ahora que antes no me hacía?
-¿Qué pequeñas acciones, por insignificantes que parezcan, se han realizado o están en marcha?
-¿Ha habido algún cambio en la información, los recursos o el entorno relacionados con el proyecto?
-¿Ha cambiado mi perspectiva o la de los involucrados con respecto al proyecto?
Estamos ocupando una etapa de la historia en la que la vida va a velocidades alarmantes, sin embargo hay cosas que sencillamente toman tiempo. A pesar de lo acostumbrados que estamos a la 5G, el soporte 24/7 y las respuestas inmediatas; las semillas no están de afán como nosotros.
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